Imagen Integral
Para obtener una buena imagen institucional es necesario conseguir una correcta identificación.
La identidad objetiva “LO QUE ES” es la suma de todos los mensajes estables y permanentes que se trasmiten al entorno de una institución. Una empresa, en su conjunto, constituye un gran emisor de información en cada uno de sus gestos y acciones. (Filosofía corporativa)
El primer y fundamental paso en la creación de una buena imagen institucional es conseguir una correcta identificación, la que debe tener en cuenta que ésta es el resultado de la sumatoria de tres imágenes secundarias:
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Imagen de la marca
Que es la idea que el público, consumidor o no, tiene acerca de las características de la empresa en cuestión: honestidad, potencia, solvencia, responsabilidad, conducta, dimensión, origen, etc. -
Imagen del producto o servicio
Que es el concepto que el público tiene de cada producto o servicio, acerca de sus cualidades reales o imaginarias: calidad, eficiencia, rendimiento, precio, etc. - Imagen del usuario
Que es la idea que el público tiene acerca del tipo de persona que consume los productos o utiliza los servicios y por lo tanto con quien –conciente o inconscientemente se identifica como usuario.
Una correcta identificación asocia los efectos favorables, contribuyendo a que mutuamente se potencien y refuercen imágenes parciales, o que las virtudes de una de ellas modifiquen los eventuales vicios que pueda tener la otra.
Se propone obtener del público, el reconocimiento rápido, eficaz y sin equívocos de la imagen corporativa. Toda vez que la firma se hace presente por sí o por sus representantes, compromete todo el prestigio que la acompaña; de allí la imprescindible exigencia de calidad en cualquier tipo de presentación.
La línea de presentación de la identidad empresaria (la imagen corporativa), debe ser coherente, debe tener un estilo. Consideramos al estilo como un factor básico en la conformación de la imagen; como su propio nombre lo indica, el estilo no es el punto de partida, sino el resultado de hechos muy diversos, que van desde los más minúsculos y cotidianos hasta las presentaciones más espectaculares.
La unidad y coherencia formal, que consideramos fundamental y que nuestra tarea, dará a todas las comunicaciones: estilo, fuerza persuasiva y un efecto durable a través del tiempo. Crear el “estilo de la empresa” será el objetivo inmediato a lograr.
Este “estilo de la empresa” será la expresión visible de dos factores convergentes:
- lo que la empresa realmente es
- lo que quiere parecer o predicar.
Esta política o estrategia predicativa deberá ser explicitada lo más claramente posible, de manera de basar las acciones consecuentes, o sea el diseño propiamente dicho, sobre hipótesis de trabajo sólidas y racionales que permitan a posteriori evaluarlo con certeza.
La identidad, o con más precisión los símbolos identificatorios (isotipo y /o logotipo y colores identificatorios) son el punto de partida en este proceso y son la esencia misma de la empresa reducida a su expresión mas simple y frecuente.
